A 50 años del golpe de Estado en Chile

A 50 años del golpe de Estado en Chile

A 50 años del golpe de Estado en Chile

El golpe de Pinochet modeló un capitalismo transnacionalizado totalmente diferente al de las décadas anteriores. Fue un acontecimiento central en la historia de América Latina, clave para los años y décadas que vendrían.

Néstor Restivo

Por Néstor Restivo

 

El gobierno de la UP, liderado por Salvador Allende, realizó importantes transformaciones del mundo rural y en la minería.
El gobierno de la UP, liderado por Salvador Allende, realizó importantes transformaciones del mundo rural y en la minería.

Este lunes 11 se cumplirá medio siglo del golpe de Estado encabezado por el general Augusto Pinochet y las Fuerzas Armadas chilenas, con apoyo de empresarios y medios locales y el explícito respaldo del gobierno de Estados Unidos. Fue un acontecimiento central en la historia reciente de América Latina, clave para los años y décadas que vendrían.

Editorial Callao acaba de reeditar el libro de Néstor Restivo, periodista, docente, investigador y colaborador de Cash, entre otros medios, que en su momento publicó la Universidad de Buenos Aires, donde con esa tesis el autor egresó como licenciado en Historia, y la Central de Trabajadores Argentinos.

“11S Pecado Capital. La crisis cíclica y el golpe contra Allende en Chile”, es una edición corregida y ampliada para este aniversario, con nuevo prólogo del actual alcalde de la comuna de Recoleta, norte de Santiago, Daniel Jadue. El trabajo ofrece al lector una lectura analítica del contexto global, regional y chileno del ciclo económico que se vivía en esos años.

El golpe

El cambio de patrón productivo, la presión de las grupos transnacionales cuyas ganancias mermaban, el final de una fase expansiva del capitalismo mundial, bajo el prisma de las ondas largas de acumulación, la guerra fría y la decisión salvaje del capital de no perder ninguna prerrogativa empujaron a la destrucción de la democracia y la soberanía popular en Chile. El autor también refiere otras experiencias traumáticas que se dieron en los “cinco años de terror” que vivió la región, desde el golpe de 1971 en Bolivia al de 1976 en Argentina, pasando por los de Ecuador, Uruguay, Perú y otros.

“Las perspectivas histórico-económicas de largo plazo echan una luz mucho más clara sobre las fuerzas materiales e ideológicas que tuvieron al dictador Pinochet y su secuaces civiles y militares como instrumentos de ejecución. Y en especial, ayudan a interpretar el presente local, latinoamericano y global, tan enrarecido del siglo XXI, ubicando en aquellos años bisagra los fundamentos más robustos de la desatinada trampa que somete a la humanidad a un destino incierto, desesperanzador”, dice el libro.

A su vez, Jadue escribe en el prefacio que "en este aniversario de medio siglo se ha desatado en Chile una fuerte disputa en torno al pasado por lo determinante que resulta para poder mirar el futuro, ya que de instalarse la tesis de que el Golpe de Estado fue producto de los errores del mismo gobierno de Allende —como plantean las fuerzas y sectores que traicionaron a la Patria— la posición de quienes buscan una alternativa al neoliberalismo en Chile se debilitaría aún más, por la evidente ausencia de un horizonte concreto de transformaciones, capaces de cambiar lo esencial del modelo para mejorar la vida de las y los chilenos, revirtiendo las tendencias hacia la concentración excesiva de la riqueza y la profundización de la desigualdad”.

Y señala luego que Restivo “presenta un análisis del caso chileno, pero inserto en el devenir de la economía mundial, con sus fases expansivas y con sus crisis cíclicas de sobreproducción, estancamiento y baja de la tasa de ganancia, relacionando con meridiana claridad cómo cada una de éstas van determinando los tipos, la profundidad y la radicalidad de cada intervención, para asegurar los intereses del capital en todas partes del mundo". 

En este sentido, el trabajo trae de regreso la tesis cada día más clara que plantea que el imperialismo efectivamente se presenta como una fase superior del capitalismo y nos anticipa que cualquier intento de analizar las luchas emancipatorias de los pueblos, las guerras en curso y las futuras, de manera separada de los avatares de la economía mundial y de las necesidades del capital mundial, simplemente constituye una falta de rigurosidad imperdonable de cara al futuro.

Políticas

El libro en cuestión analiza las diferentes miradas sobre las ondas largas de acumulación capitalista, el ciclo de posguerra en América Latina, la expansión de Chile hasta 1973, el programa de la Unidad Popular encabezada por Allende y el plan económico de la dictadura, para luego trazar algunas conclusiones.

Para los años del gobierno de la UP, el libro repara esencialmente en las transformaciones del mundo rural con la reforma agraria y en la estatización de la gran minería, con resultados muy positivos para Chile, de los cuales aún disfruta, pese al escaso tiempo de mandato cumplido por parte de Allende. 

Ambas políticas fueron las principales herramientas implementadas para salir de la crisis de los '70 en un modo progresivo y cumplir con viejos anhelos del pueblo chileno. Y sobre la dictadura, el libro se detiene en particular en las políticas contrarias, de contrareformas, privatización de diversas áreas y anticipo mundial de lo que serían las medidas monetaristas, pero aprovechando sin duda conquistas históricas alcanzadas por el breve y trunco gobierno de Allende.

“Fue en la primera mitad del gobierno de la UP cuando se alcanzaron algunos éxitos. En 1971, primero de los dos únicos años completos de gestión, el PBI subió 8,5 por ciento y la actividad industrial lo hizo en un 14 por ciento. La inflación cayó de 35 a 22 por ciento y la tasa de desocupación bajó de 8 al virtual desempleo de 3,8 por ciento", describe el libro.

"Durante este período se instrumentaron las nacionalizaciones y la UP llegó a obtener, en las elecciones municipales, más de 50 por ciento de los votos, esto es, 15 por ciento más de electorado a su favor respecto a las presidenciales de 1970. La UP pensó entonces que podía avanzar en la legalidad. Pero para dar continuidad a la estrategia era esencial, y no se pudo, que el Congreso aprobara el Área de Propiedad Social (APS), que consistía en pasar a dominio y regulación pública a diversos sectores económicos", continúa.

Reformas

Sobre el tema rural, el trabajo indica que “el propio Banco Mundial publicó en su momento que lo que se puede decir de la reforma agraria en Chile, abortada como fue, parecen ser los efectos favorables en la producción de la agricultura, tanto en su cantidad y su composición, resultado de la expropiación y la reorganización de grandes establecimientos". Esto fue lo que permitió luego a Chile articular su economía hacia el mercado global, donde las exportaciones del sector agropecuario fueron centrales, igual que ocurrió con la minería.

Ya en dictadura, los cambios en el campo empujados por la UP fueron tan exitosos que a principios de 1983, cuando la contrareforma ya estaba casi concluida, desandando lo que se había desarrollado durante los gobiernos de Frei y, sobre todo, de Allende, solo el 28,36 por ciento de las tierras enajenadas fue devuelto a sus antiguos propietarios.

Y respecto de la nacionalización del cobre y las privatizaciones durante el régimen militar, el libro señala que “hacia 1980, todavía el Estado conservaba empresas como CODELCO (cobre), la Empresa Nacional del Petróleo (ENAP), la Empresa Nacional de Minería (ENAMI), la Compañía de Acero del Pacífico (CAP)62, la Empresa Nacional de Electricidad (ENDESA) y sus filiales y distribuidoras, la Empresa Nacional de Telecomunicaciones (ENTEL), la Compañía de Teléfonos de Chile (CTC), la Línea Aérea Nacional (LAN Chile), la Industria Azucarera Nacional (IANSA), la Compañía Chilena de Electricidad (CHILECTRA) y el Instituto de Seguros del Estado (ISE)". 

La dictadura había privatizado primero prácticamente todos los servicios públicos y áreas sociales o previsionales y ahora le tocaba el turno a estos sectores estratégicos, es decir, aquellos que justamente por ese carácter habían querido ser puestos o mantenidos bajo control del Estado por la UP63. Con excepción del cobre y el petróleo, un recurso insuficiente en Chile, entre 1985 y 1990, los militares comenzaron subdividiendo el resto de la treintena de empresas públicas y luego vendiendo sus acciones entre los grupos locales, en particular las AFP, y empresas norteamericanas, árabes sauditas, neozelandesas, japonesas y de otros orígenes.

“Las consecuencias del bombardeo de 1973 a La Moneda, así como otros golpes de Estado en la región en aquellos años, fueron funcionales a la lógica del capital mundial y nacional chileno, que buscaban un nuevo horizonte de estabilidad y desarrollo. Pero en el caso de Chile es más clara la crisis de la década de 1970 como momento de disputa y de cambio entre dos ondas largas, en especial por el tipo de acumulación posterior, ya en los años '90, con los gobiernos de la Concertación. Está claro que el golpe de Pinochet no se produjo para adaptarse al nuevo escenario --por lo demás, todavía ausente en 1973--. Con los ajustes que se fueron dando con el correr de los años, se modeló un capitalismo transnacionalizado totalmente diferente al de las décadas anteriores, tanto en el proceso de acumulación interno como en cuanto a su inserción en el mercado mundial conforme a los requisitos del sistema en el que está inscripto”, concluye el trabajo.

 

Nota: El libro se presenta este lunes 11 en la Sala Osvaldo Pugliese del Centro Cultural de la Cooperación, Av. Corrientes 1543, Planta Baja, CABA, a las 18.30 horas, con participación del autor, la embajadora de Chile en Argentina, Bárbara Figueroa; la directora de la Maestría en Estudios Sociales Latinoamericanos, Verónica Giordano, y el editor de Callao Cooperativa, Andrés Ruggeri.