El veneno de Butantan: las "evidencias físicas" que reabren dudas en investigadora de muerte de Neruda

El veneno de Butantan: las

El veneno de Butantan: las "evidencias físicas" que reabren dudas en investigadora de muerte de Neruda

Por Rafael Carneiro

 Pablo Neruda

 

Especialista en laboratorio clínico, Gloria Ramírez conversó con BBCL Investiga y reveló importantes hallazgos de la investigación sobre la muerte del poeta Pablo Neruda, como fragmentos de clostridium botulinum Alaska E-43, responsable por la producción de la toxina botulínica, que en este caso es letal. En la década de 70, el tipo E era producido en Sudamérica solamente por el Instituto Butantan, de Brasil, que tenía estrecha relación con los militares chilenos, según documentos, y eso corrobora las sospechas de que el escritor habría sido envenenado por la dictadura de Pinochet.

“Estoy ahí, dando vueltas por el hospital y, de repente, se abre una puerta lateral, miro, tomo la [cámara] Leica, que siempre la dejaba lista para dos metros, lo que sea que suceda. Entro. Neruda está en la camilla. Matilde [Urrutia], su esposa, está sentada con su hermano”.

Este relato es de Evandro Teixeira, primer y único fotógrafo que registró el fallecimiento del conocido escritor, senador y diplomático chileno, Pablo Neruda. La imagen histórica fue sacada por el brasileño en la Clínica Santa María, en Santiago. Neruda, que tenía un cáncer, ingresó al recinto hospitalario con un cuadro febril y el 23 de septiembre de 1973 falleció.

Cinco décadas después, las circunstancias de su muerte todavía son una incógnita y hace más de diez años la justicia chilena comenzó una investigación con altos y bajos: en septiembre de 2023 la ministra en visita Paola Plaza ordenó su cierre sin procesamientos, pero en febrero pasado la Corte de Apelaciones revocó la decisión e instruyó su reapertura al considerar que la causa no estaba agotada. Hoy la indagatoria está en etapa de metaperitajes para determinar si el vate fue asesinado o murió por causa natural.

Médico especialista en laboratorio clínico, la doctora Gloria Ramírez es parte del equipo que busca los motivos reales del deceso de Neruda. En conversación con BBCL Investiga, entrega detalles de los trabajos de investigación y destaca el hallazgo de restos de la bacteria clostridium botulinum en las osamentas del escritor. Esta puede producir la toxina botulínica, que es un veneno letal, poniendo en duda lo registrado en el certificado de defunción del poeta: cáncer de próstata con metástasis.

En los años 70, el Instituto Butantan, ubicado en Sao Paulo, era el único centro científico de Sudamérica donde se producía la toxina, justamente la encontrada en el molar de Neruda, lo que corrobora las sospechas de que el escritor podría haber sido asesinado por la recién iniciada dictadura militar de Augusto Pinochet. Especialmente, tras descubrirse los estrechos vínculos entre militares del régimen chileno y el instituto brasileño.

muerte Pablo Neruda
Evandro Teixeira| Instituto Moreira Sales

“COMPAÑEROS, ENTERRADME EN ISLA NEGRA, FRENTE AL MAR QUE CONOZCO”.

De inicio, el deseo del poeta no fue atendido. Pablo Neruda fue enterrado en el Cementerio General de Santiago y ahí se quedó hasta 1992, cuando su cuerpo fue exhumado y finalmente enterrado en el litoral chileno. Para entonces, Chile ya vivía los primeros años del regreso a la democracia.

El vuelco en la narrativa sobre la muerte del escritor ocurrió en 2011. Manuel Araya, quien había trabajado como chofer de Neruda y estuvo a su lado en sus últimos momentos de vida, afirmó en una entrevista para la revista mexicana Proceso que el fallecimiento del poeta no había sido por causas naturales, sino que un homicidio por envenenamiento.

Su declaración permitió la apertura de la investigación que sigue en curso hasta hoy y que ya pasó por las manos de los jueces Mario Carroza y Paola Plaza. En los últimos años, los restos del escritor fueron exhumados más de una vez y se ha convocado a tres paneles de científicos, espacios en el que fueron presentadas las conclusiones de lo que se investigó.

Dra. Gloria Ramírez
Rafael Carneiro

— ¿Cómo inició la investigación sobre la muerte de Pablo Neruda? ¿Por qué se decidió investigarla nuevamente?

—Partió en 2011. En la época se realizó un panel que contempló algunas áreas que son fundamentales para la investigación. El objetivo era buscar sustancias químicas que tuvieran relación con la muerte de Pablo Neruda y varios especialistas fueron llamados a ser parte. Pero ellos tenían análisis solo de elementos proteómicos, químicos. Por ejemplo, los antibióticos. Entonces, una de las especialistas, la doctora Ruth Winecker, quien en la época se desempeñaba como toxicóloga jefe de la Oficina Médico Forense del Estado de Carolina del Norte, en Estados Unidos, solicitó que focalizáramos qué sustancia estábamos persiguiendo. Para mí era importante, por lo menos, los nitrofuranos, que forman parte de los antibióticos usados en la época para infección urinaria y Neruda tenía cuadros de esta infección. Estaba segura que tendría que haber algún resto de esas sustancias. Eso no lo pudimos demostrar porque no se focalizó dicha pericia y, definitivamente, lo que hubo ahí fue de muy poco peso de evidencia. Solo se encontraron restos de colorantes que podían estar asociados a alimentos ingeridos en la dieta que tenía el poeta al fin de su vida.

— ¿Y cómo terminó el primer panel?

—Se cerró con la pregunta: ¿Qué más buscamos? ¿Cómo se amplía la búsqueda de la causa de muerte de Neruda? Esta inquietud que tenía fue perceptible al momento de la conferencia de prensa realizada al cierre del panel por el ministro de la Corte, Mario Carroza, ya que una cosa es morir con cáncer y otra cosa es morir por cáncer. Tú puedes tener un diagnóstico de cáncer y la causa definitiva de muerte puede ser otra, sea natural o provocada. Y el cáncer de próstata es uno de los cánceres que son de evolución lenta, dura años, y son bastante bien llevados. Entonces, solo la causalidad del cáncer no da cuenta del cuadro clínico de Neruda en sus últimas horas, ¿me entiendes? No se puede descartar, pero tampoco se puede confirmar como causa final de su muerte. Lo importante es definir la causa inmediata de la muerte, la causa asociada y las enfermedades concomitantes y en Neruda no estaba todo tan claro. Con el tiempo, empezamos a levantar evidencias para preparar el segundo panel de expertos.

—Entonces…

—Empezamos a conversar sobre el tema y levantar varias hipótesis. Todas tenían que ver con la necesidad de estudios genómicos forense y eso era bastante complejo. Revelamos nuestras consultas a la Universidad de McMaster, en Canadá, porque ellos tienen uno de los pocos laboratorios en el mundo que realizan estudios de genética forense antigua de cualquier tejido biológico, buscando, sobre todo, ADN o ARN antiguo. Entonces empezamos a tratar de visualizar cuál era nuestro tejido de interés. Uno no puede esperar que en un resto humano de más de 40 años tenga algo más que osamentas. Por lo tanto, de dichos restos esqueletizados, la prioridad fue analizar los dientes y en general los molares porque tienen más pulpa. McMaster, junto con el Departamento de Medicina Forense de la Facultad de Medicina de la Universidad de Copenhague, en Dinamarca, hicieron un minucioso trabajo, de alto nivel.

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—¿En esa segunda etapa se encontró la toxina botulínica?

—En verdad, las proteínas que componen la toxina botulínica, producidas por la bacteria clostridium botulinum, se degradan rápidamente postmortem. Así que uno no puede pretender encontrar vestigios de la toxina en restos óseos antiguos. Pero sí se pueden encontrar fragmentos del genoma, como en este caso. Según el informe de McMaster, los fragmentos de la bacteria clostridium botulinum Alaska E-43 han sido replicados por sobre 50 millones de fragmentos en un molar y un canino (considerado suficiente para matar una persona).

—¿Cuántas personas trabajan con usted en la investigación?

—Durante los paneles 2015, 2017 y 2023, tratamos de mantener el mismo equipo porque cada panel tuvo su objetivo. En el primero, por ejemplo, fue básicamente recoger toda la evidencia del expediente en términos de investigación histórica y otras del contexto histórico, como hospitalizaciones, exámenes médicos previos realizadas por la PDI para presentárselos a los expertos que vinieron de Canadá, Estados Unidos, Dinamarca, España, Francia y Chile.

LA ESTRECHA RELACIÓN DE MILITARES CHILENOS CON EL INSTITUTO BUTANTAN

El tercer panel se llevó a cabo en 2023. Los expertos de las Universidades de McMaster y de Copenhague revelaron que la clostridium botulinum ya estaba presente en el cuerpo de Neruda en el momento de su muerte. Para la familia del poeta, esta es una prueba irrefutable de que él fue envenenado en la Clínica Santa María.

Partidario de la misma tesis, el chofer Manuel Araya aseguró que el escritor tenía un manchón rojo en el costado del estómago. Además, dijo que Neruda estaba durmiendo cuando le pusieron la inyección y por eso ignoraba qué le habían inyectado.

Certificado de defunción de Pablo Neruda
Captura

Antes de que su utilización se popularizara en los tratamientos para el rejuvenecimiento de piel con la marca Botox o en tratamientos terapéuticos, la toxina botulínica, que es altamente tóxica, ya había sido utilizada en la Segunda Guerra Mundial como un arma letal.

En simple, esta toxina puede llegar al sistema nervioso central y genera un cuadro de parálisis del músculo, con insuficiencia respiratoria, lo que eventualmente puede causar la muerte. La toxina botulínica es considerada la más letal proveniente de una bacteria y, quizás, el más mortal de todos los venenos.

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—El pasado febrero, un reportaje investigativo de Agencia Pública, de Brasil, develó la conexión que había entre la dictadura de Augusto Pinochet y el Instituto Butantan, que es uno de los centros científicos brasileños más importantes. ¿Qué le pareció este nuevo dato? ¿Y cómo él podrá ser utilizado en las próximas etapas de la investigación sobre la muerte de Pablo Neruda?

—Mira, el Instituto Butantan fue fundado en 1901 y era el más desarrollado en América Latina en los 60′, 70′ y los 80′. Creo que se abre una línea muy interesante porque existen evidencias físicas de esa conexión en aquel tiempo, como documentos oficiales entre ambos países, fotografías… Hay que revisarlas y ver, sobre todo, lo que hay previo al año 1975 o 1974. Posteriormente, creo que en ese reportaje fue claramente demostrado.

—¿Algo le llamó más la atención?

—En la década de 80, estudiantes brasileños realizaron una tesis y necesitaron hacer búsquedas históricas sobre el Butantan. Un paper originado de ese trabajo afirma que ya en 1972 el instituto producía clostridium botulinum de tipo A, B y E. Y justo el E fue encontrado en el cuerpo de Neruda. Esa es una información importante y que debe ser considerada. Te dejo con una tremenda pregunta, cosa que hoy día no se puede contestar, pero hay que investigar y a mí me parece que es de la mayor importancia. ¿Por qué un grupo de generales de la aviación chilena iba al Instituto Butantan a hacer convenios en los años 70?

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Este lazo entre los militares chilenos y el Instituto Butantan son comprobados en el reportaje de Agencia Pública, escrito por Sergio Barbo. Fotos y documentos muestran una visita al centro científico en 1º de junio de 1979 realizada por el comandante jefe de la Fuerza Aérea chilena, Fernando Matthei -padre de la alcaldesa de Providencia, Evelyn Matthei-, quien fue exministro de Salud de Pinochet.

Además de Matthei, viajaron a Sao Paulo el general de Brigada, Enrique Escobar Rodríguez, quien futuramente sería el ministro de Transportes y Telecomunicaciones; el subsecretario de aviación Gonzalo Pérez Canto Sáez; y el comandante de grupo, Jayme A. Estay Viveros, primer chileno que pilotó un avión Hawker Hunter, utilizado en el bombardeo al Palacio La Moneda, en 11 de septiembre de 1973.

De acuerdo al reportaje, la visita de los militares chilenos sucedió cinco meses después de iniciado un conflicto territorial con Argentina. Esta situación con el país transandino hizo que Chile desarrollara el Proyecto Andrea, de la DINA (Dirección de Inteligencia Nacional), que tenía como finalidad el desarrollo de armas químicas, como gas sarín, toxina botulínica y toxina estafilocócica, para que fueran utilizadas contra la población.

Reunión de diretores de Butantan com militares chilenos y brasileños.
Cedida por Instituto Butantan
Reunión de diretores de Butantan com militares chilenos y brasileños.
Cedida por Instituto Butantan

—Consultado para el reportaje del medio brasileño, Butantan dijo solamente que trabaja por la democracia, quedando en silencio sobre el caso Neruda. ¿Qué le pareció esta posición del instituto?

—Ocurrió lo mismo en el Instituto de Salud Pública (ISP) de Chile. Nosotros, junto con el ministro Carroza, allanamos el instituto por el caso de las cajas con ampollas de toxinas botulínicas encontradas y que eran provenientes del Instituto Butantan. Tuvimos un día entero de interrogatorios, sobre todo con antiguos funcionarios, y los resultados fueron pocos. La gente que estaba en esa época tiene temor frente a una justicia transicional. No saben cómo les van a afectar a su familia, a su vida. Eso nos pasó acá en Chile y me imagino que debe ser algo parecido en Butantan. A priori, la gente no está abierta a contarte lo que vivieron.

—¿Puede ahondar sobre esas cajas encontradas en el Instituto de Salud Pública?

—Las ampollas con la toxina permanecieron en secreto durante 27 años en un subterráneo del ISP, al lado del Estadio Nacional. En 2008 fueron descubiertas e incineradas. El Gobierno de la presidenta Michelle Bachelet y la Justicia no fueron informados. El hecho salió a la luz durante una entrevista concedida por la exdirectora del ISP. La doctora Ingrid Heitmann relató que supo de la existencia de las dos cajas y que al menos una no estaba completa. O sea, se habían usado algunas ampollas. Además, tenían escrito “Instituto Butantan”. Según Ingrid, la cantidad que había era para matar a todo Santiago. Entonces, ella sencillamente las tomó y las quemó en un incinerador del mismo ISP. Ingrid sabía la importancia que eso podría tener, ya que era microbióloga, pero no respecto de la importancia en el pasado.

—¿Volviendo a la muerte de Neruda, qué más Butantan podría hacer respecto a este caso?

—Hacerse cargo, ¿no? Hacerse cargo de cuáles fueron los hechos, tal como se desarrollaron. Así como Alemania ha tenido que hacer su propio proceso con Colonia Dignidad. A mí me parece que Brasil tiene que hacer también el proceso de reconocimiento de convenios de colaboración que existieron entre ambas dictaduras. El uso de armas químicas y biológicas están bajo estricto control de la ONU. La Convención sobre la Prohibición del Desarrollo, la Producción y el Almacenamiento de Armas Bacteriológicas (Biológicas) y Toxínicas y sobre su destrucción fue el primer tratado de desarme multilateral que prohibía la producción de una categoría completa de armas, vigente desde 1975 y complementa el protocolo de Ginebra, de 1925.

— ¿Butantan no ha asumido responsabilidades con miedo de manchar su imagen, que sigue siendo de mucho prestigio?

—Creo que es al revés. Asumir eventuales responsabilidades lo prestigia. Tú no puedes ser científico a secas y no tener un compromiso con la humanidad, porque si no, ¿para qué estamos haciendo ciencia si no es para mejorar la calidad de vida del ser humano?

Tumba de Pablo Neruda
Agencia UNO

— ¿Cuáles serán los próximos pasos de la investigación? ¿Alguien del Instituto Butantan será interrogado para un próximo panel?

—Hubo un fallo en el que la ministra en visita extraordinaria, Paola Plaza, tras llegarle de vuelta todo el expediente, rápidamente empezó a hacer oficios para que se cumpliera lo que dictó la Corte de Apelaciones. Desconozco si esto será solicitado jurídicamente. Sobre interrogar a alguien del Instituto Butantan, eso se puede hacer antes de un futuro panel, pero esa vía es materia de investigación retrospectiva documental o de testigos. Es distinta al trabajo genético microbiano de los laboratorios. El panel futuro que tú me preguntas, creo que estará relacionado con el rol que hagan los nuevos peritos, que no van a ser los mismos. La Corte de Apelaciones dice que quienes definirán a los nuevos peritos para hacer la metapericia son los propios laboratorios.

— ¿Qué espera usted de esas próximas etapas de investigación?

—Creo que estamos cerca de llegar a una conclusión. Pero hay que hacer una cronología, un algoritmo lógico, para llegar a refrendar estos análisis. Mira, esto no lo tiene a la vuelta de la esquina cualquier caso en Chile, ni a nivel internacional. Además, este caso será una fuente de conocimiento muy importante para otros futuros. Entonces no es solamente que estamos trabajando con el caso Neruda, sino que en una metodología que puede aportar enormemente a establecer la verdad jurídica, y de manera reproducible.

— Usted, en lo personal y con base a su experiencia, ¿qué cree? ¿A Neruda lo mataron?

—No se puede descartar este hecho, la intervención de terceros. No lo puedo afirmar taxativamente porque no tengo todos los elementos del juicio, pero no lo puedo descartar en lo absoluto. Por lo tanto, la investigación tiene que llegar hasta el final y que te permita descartar toda duda razonable.

Tras conversar con la doctora Gloria Ramírez, BBCL Investiga se puso en contacto con el Instituto Butantan. Por medio de un comunicado, el centro científico afirmó que no localizó ningún documento relacionado al Instituto de Salud Pública chileno y tampoco un documento “que haga referencia a negociaciones con el ex Instituto Bacteriológico de Santiago.”

“El Instituto Butantan reafirma su compromiso absoluto con la democracia y sus valores, y con la libertad de opinión de sus investigadores para que realicen con tranquilidad y seguridad su labor en beneficio de la ciencia y de la salud pública del país”, concluyó.