EE.UU. está demasiado urgido por ocupar América del Sur

La gira de Pompeo por el norte del subcontinente y las crisis en los países andinos son signos de la prisa del Pentágono por controlar la región, aislar a Argentina y dejar afuera a China

EE.UU. está demasiado urgido por ocupar América del Sur

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Página 12

La gira de Pompeo por el norte del subcontinente y las crisis en los países andinos son signos de la prisa del Pentágono por controlar la región, aislar a Argentina y dejar afuera a China

por Eduardo J. Vior

Eduardo J. Vior

La coincidencia entre la reciente visita del secretario de Estado norteamericano a Surinam, Guyana, Brasil y Colombia y la agitación que azota a Colombia, Ecuador, Perú y Bolivia dan cuenta de la impaciencia de Washington por volver a controlar el subcontinente, cercar a Argentina y frenar el avance chino. Parecería que el gobierno de Donald Trump quisiera impedir que un eventual gobierno demócrata tuerza el rumbo norteamericano en la región. Sin embargo, más allá de un cambio de estilo, no es esperable que otro equipo en Washington altere las líneas maestras de su política hacia la mitad sur del continente.

Este lunes 21 Washington y Georgetown han anunciado que comenzarán a realizar patrullas navales conjuntas en las aguas fronterizas con la República Bolivariana. El anuncio sucede a la visita del secretario de Estado Mike Pompeo, el pasado viernes 18, y a su promesa de apoyo para la construcción de infraestructuras que sostengan la explotación y exportación del petróleo recién comenzada frente a la costa de la faja occidental del Esequibo. No casualmente la empresa licenciataria es la Exxon Mobil, del grupo Rockefeller, que ha estimado que la cuenca tiene reservas por 15 mil millones de barriles. Exxon, otrora la mayor petrolera del mundo, apoya y financia al presidente Donald Trump.

 

 

La faja del Esequibo y su prolongación marítima son reclamadas por Venezuela, que desconoce el fallo ilícito de un tribunal arbitral que en 1899 las entregó a Inglaterra, entonces mandante colonial de la actual Guyana. Después de independizada ésta en 1966, ambos vecinos declararon nulo el arbitraje y acordaron buscar una solución arbitrada. Por esto Caracas ha criticado acerbamente las concesiones petroleras otorgadas por Georgetown en los últimos tres años.

Pompeo llegó a Guyana procedente del vecino Surinam, donde se reunió con el presidente Chan Santokhi, electo en mayo pasado. Si bien en la ex colonia holandesa Pompeo repitió su rogativa para el otorgamiento de licencias a empresas norteamericanas y su exhortación a no hacer negocios con China, el nuevo presidente reiteró su neutralidad ante la crisis venezolana y su voluntad de expandir las actividades de la petrolera estatal Statsolie, aunque respetando la concesión local otorgada por su antecesor a Apache-Total.

El sábado, en tanto, el secretario llegó a Boa Vista, capital del norteño Estado de Roraima, donde le rindió pleitesía el ministro brasileño de Relaciones Exteriores, Ernesto Araújo. Cínicamente prometió allí una ayuda de U$S 30 millones para la asistencia a los inmigrantes venezolanos, pero no hizo mención al persistente cierre de la frontera. Boa Vista depende de los insumos (especialmente combustibles) venezolanos para su supervivencia. Además, el bloqueo del límite impide los contactos humanitarios, el retorno de los migrantes venezolanos y/o la llegada de nuevos. La presencia de Pompeo en Roraima fue enérgicamente criticada por seis antiguos ministros de Relaciones Exteriores que le imputaron un «uso espurio del territorio nacional» para utilizar el país «como plataforma de provocación y hostilidad con una nación vecina».

Finalmente, la última parada de la gira fue el domingo en Bogotá, donde el secretario de Estado elogió el apoyo del presidente Iván Duque al autoproclamado “presidente” venezolano Juan Guaidó. Su presencia allí coincidió con maniobras militares conjuntas colombo-estadounidenses y con las críticas opositoras por la presencia, desde hace dos meses, de una fuerza especial norteamericana de seguridad. Su visita fue seguida el lunes 21 por un paro nacional de protesta y masivas manifestaciones opositoras que en Bogotá fueron ferozmente reprimidas.

La masiva y urgente presión norteamericana se reproduce de distintas maneras en el resto del eje andino. En Ecuador, que prevé realizar la elección presidencial el próximo 28 de febrero, la justicia electoral no ceja en su persecución a los seguidores de Rafael Correa. Después de prohibir al ex presidente candidatearse como acompañante de Andrés Arauz y de proscribir su fuerza, Compromiso Social, el Consejo Nacional Electoral (CNE) anunció este lunes 21 que está evaluando también desautorizar al Centro Democrático (Lista 1), la lista en la que se ha refugiado el correísmo. Éste, a su vez, propuso la semana pasada al periodista Carlos Rabascall como candidato a la vicepresidencia, pero aún no registró la fórmula en la Justicia electoral.

Dada su intensa persecución contra el correísmo, a la derecha le resultaron especialmente chocantes la semana pasada los resultados de una encuesta de la empresa brasileña Atlas Intel que dio al correísta Andrés Arauz el 45% de los votos, a Guillermo Lasso el 32%, a Yaku Pérez el 4,3% y a César Montúfar el 1,1%. Los demás candidatos tienen menos de 1%. Entre blancos, nulos, abstenciones y quienes no saben por quién votar suman 10,6%. Una simulación de segunda vuelta también ubica a Arauz como ganador con 48,2%, frente al 39,4% para Lasso. Pese a la burda ofensiva judicial y proscripción política, en tanto, el expresidente Rafael Correa mantiene la mayor imagen positiva (50%) y la menor negativa (45%).

La inocultable mano de las embajadas norteamericanas se nota también en Bolivia. Ante la imposibilidad de posponer la elección presidencial y legislativa del próximo 18 de octubre, los golpistas de noviembre pasado proscribieron a Evo Morales con demandas judiciales sin base ni fundamento. De todos modos, las últimas encuestas dieron a la fórmula Arce-Choquehuanca (MAS-IPP) cerca del 37%, mientras que el ex presidente Carlos Mesa (2005-06) obtiene el 27% y todos los demás menos de 10%. Por esta razón, la semana pasada la presidenta de facto Jeanine Añez bajó su candidatura.

Tras el fracaso de Añez, la embajada y los golpistas esperaban  presentar una fórmula unitaria de la derecha, pero no pudieron reconciliar a Carlos Mesa con Luis F. Camacho. El ascenso de la candidatura masista, entonces, la acerca a un escenario de triunfo en la primera vuelta. En Bolivia, si un partido alcanza en la primera ronda comicial el 40% de los votos con una diferencia superior al 10% sobre el segundo candidato, resulta electo sin posibilidad de repechaje.

Ahora la embajada se prepara a impedir a como dé lugar el triunfo del MAS. La policía y el ejército golpistas están encargados de la distribución, vigilancia y recolección de urnas, el centro de cómputos, en manos de los amigos de Añez, los medios militan unánimemente el antimasismo y la única misión internacional observadora hasta ahora autorizada es la de la OEA, que ya cumplió un papel nefasto en noviembre pasado. En definitiva, el triunfo del MAS dependerá de la movilización del pueblo boliviano y de que la diferencia de votos a su favor sea abrumadora. Cuando Evo Morales obtuvo victorias del 52%, 64% y 62%, pudo imponer el resultado electoral. La única vez que no superó el 50 %, no reconocieron su triunfo y dieron el golpe.

En Uruguay, finalmente, las elecciones para Intendentes y Juntas de los 19 departamentos  se realizarán el próximo domingo 27 de setiembre. El Frente Amplio va por el triunfo en Montevideo y Canelones, departamentos que, juntos, representan más de la mitad de la población del país. 14 de las 19 intendencias ya están prácticamente definidas. Apoyado en el tradicional ruralismo conservador, el Partido Nacional (líder de la coalición gobernante) se quedaría con 12 de los 17 distritos del interior. El Partido Colorado por su parte, retendría Rivera, en la frontera con Brasil, mientras que tres departamentos aún están en disputa.

En un escenario ya mayormente definido, la cuestión principal consiste en saber por cuánto ganará el FA en Montevideo, donde gobierna desde 1990. Allí la coalición derechista presentará la candidatura única de Laura Raffo, mientras que el Frente Amplio va con tres candidatos: Daniel Martínez, Álvaro Villar y Carolina Cosse. Según las últimas encuestas, existe un empate técnico en 17 puntos para cada uno, pero, por el sistema electoral, quien gane la mayoría dentro de una leyenda registrada se lleva también los de sus competidores internos. Así, algunos sondeos han dado a Carolina Cosse como posible vencedora de la interna frenteamplista. Daniel Martínez, ex intendente y ex candidato a presidente, a su vez, representa la línea interna socialdemócrata, en tanto Álvaro Villar es el candidato con menos intención de voto, aunque en las últimas encuestas se ha acercado a los otros dos. Tiene el apoyo del Movimiento de Participación Popular (MPP, de José Pepe Mujica), de Fuerza Renovadora y de UNIR, un grupo escindido del Partido Colorado que no integra la orgánica del Frente Amplio.

El Pentágono se ha fijado como objetivo recuperar el control sobre América del Sur, aislar a Argentina e impedir que crezca la influencia china. Al Comando Sur toca ejecutar la estrategia dispuesta. Para ello recurre a la manipulación de elecciones, provocaciones armadas en las fronteras de Venezuela, el pacto entre el Alto Mando brasileño y el crimen organizado, el intento de golpe de estado en Perú y furiosas campañas de agitación y desestabilización en nuestro país. Los agresores quieren crear hechos consumados antes de las elecciones presidenciales en Estados Unidos, el próximo 3 de noviembre, pero nada indica que un improbable gobierno demócrata tome un curso diferente. La unidad y solidaridad que los gobiernos no tienen entre sí deben remplazarlas los movimientos populares.